Cada minuto de silencio dibujaba un ayer de esperas y olvidos; la fría madrugada calaba al alma desconsolada.
Se le borró la sonrisa y se durmió desnuda.
Vicky
miércoles, 9 de julio de 2014
martes, 3 de junio de 2014
Epílogo
Qué desagradable parecen las calles
silenciosas, semiabandonadas de edificios ciegos y colores quebrados
por la noche. Sólo los pasos titubeantes de Ángel representan algo
vivo en este paisaje cruel; mira las aceras húmedas esperando tal
vez encontrar en ellas un camino trazado por no se sabe qué destino
impreso en realidad en su mente. Ahora saldrá de dudas, por lo
menos tiene derecho (piensa) a conocer las respuestas que han
ocasionado sus interminables delirios...
Adriana Nazca
martes, 15 de abril de 2014
Nunca pasa nada
Vicky
Caminaba apresurada, siguiendo las indicaciones de un trozo de papel. Planificaba el día en su cabeza, todo iba encajando. Llegó a la calle, atravesó el portal y subió al piso. Tocó suavemente, nadie contestó; lo intentó con el timbre, acercó su oreja y escuchó atentamente, nada parecía moverse al otro lado, terminó aporreando la puerta...Oyó pasos que se acercaban pesadamente, la cerradura girando y una cara sorprendida que se asomaba tras la pesada puerta. Sintió como su sangre se congelaba...
Vicky
martes, 1 de abril de 2014
miércoles, 26 de febrero de 2014
La fugacidad de la vida
Cuando hice la mili, me preguntaba ¿esto no se va a terminar nunca?. Cuando me dejó mi novia, caí en una eternidad insufrible. Si existe la vida eterna, estoy seguro de que iré al infierno. Allí me estará esperando el diablo, entre calderas y llamaradas y, en medio de un olor a azufre, me dirá: “bienvenido Tomás, te estaba esperando. Sólo te diré que tu estancia aquí si que va a ser para toda la vida. ¡ A joderse, coño!”
Tomás
jueves, 20 de febrero de 2014
GUAGUAS
El
caso es que la amable actitud del chofer de la guagua dejándonos
resguardar del frio antes de la hora establecida para partir, me
recordó otra época en que esto era lo normal; en aquellas antiguas
guaguas que al parecer nos vendían los ingleses y que aquí se
adaptaban con dos únicos bancos de madera, formando un solo pasillo
central. Dejándonos a los usuarios frente a frente durante todo el
camino.
Su
entrada era por detrás y el cobrador, ( en aquel entonces había),
pasaba distribuyendo los pequeños boletos que extraía de su “caja”
de metal…Casi todos nos conocíamos y era fácil que el chofer dejara subirse a algún trabajador o ama de casa, retrasados fuera de la parada oficial.
Creo que el viaje costaba sesenta céntimos, y un día recibí un billete en el que todos los números eran sietes. ( Cinco sietes ). Aún lo guardo con su nostálgica pátina dorada testigo de un tiempo en el que el tráfico era menor.
No formo parte de los que piensan que cualquier hora pasada fue mejor, pero hay instantes que se conservan con un color especial en nuestra frágil memoria.
Adriana
Nazca.
GRIETA
Un
verano mi sombrero voló hasta el infierno. Cayó sobre una azotea
vecina y continuó su descenso al mismo centro de la desesperanza. De
haber conocido su paradero habría evitado el rescate , pero parece
escrito que hemos de tocar en la puerta de cada uno de nuestros
presentimientos.
Con
anterioridad he oído enmohecidos gritos y observado casualmente como
un hombre, a quien habita la parálisis, se hace transportar de un
lugar a otro, alquilando energía con la cual falsear sus límites
físicos. Aún así el espectáculo que se ofrece a mi vista en el
instante de abrirse la puerta desborda cualquier asombro.
Aberraciones destinadas a absorberse indefinidamente, perturbaciones
víctimas de su propia finalidad, acaso caridad… solo dos pasos y
la cancerosa sensación de no poder retroceder me aprieta la
garganta. Subrayando la naturaleza de aquel temor alguien agarra mi
brazo acariciándome infantilmente; parece un ser monstruoso de sexo
impredecible al que los demás aplauden su atrevimiento.
En
la atmósfera se palpa un extraño olor, un olor irreductible, que
procede de las baldosas. Toda enfermedad o deformación tiene su
representación en este espacio, como criaturas de arca en un
coleccionismo difícil de superar.
Algo
semejante al asco se desarrolla paralelo al impulso de huir, de
librarme de aquella pesadilla cuyo origen consciente la hace más
inalterable…
Unos
metros más allá continua la calle, la mañana resplandeciente de
espontanea actividad, pero sé que alcanzar la puerta no me libra de
esta sensación. Me he convertido accidentalmente en punto de
convergencia entre dos realidades…
Se
me agolpan los sentimientos, tantos y tantos andamios
psicológicos…siento vergüenza de mi plenitud (incapaz de
afirmarse en la negación) y en ese momento mi asco se convierte en
algo saludable. A continuación comprendo que puedo caer en el
distanciamiento de una realidad, cosa poco conveniente, aunque esta
sea incalificable.
Sentir
pena, temor, o deseos de negar aquellos “errores” de la
naturaleza no dejaba de ser sensaciones tan inútiles como dudosas.
Solo
me queda pues, una posibilidad; ensayar la asimilación del horror
mismo y algo más complejo aún, aceptar la nausea que conlleva toda
“virtud”…
Adriana
Nazca
miércoles, 29 de enero de 2014
EL OTOÑO
Período de
tiempo comprendido entre finales de septiembre y finales de
diciembre. Empieza el cambio de clima otoñal. Lo noto por el aire
húmedo que entra por la ventana. Esta estación es cercana a las
navidades. Para mí es alegría. Se caen las hojas y llueve. Voy
por la calle pensando y admirando el paisaje. Tiempo de las castañas
asadas en la calle de Triana y los mercadillos de Vegueta.
La ropa de
abrigo es la adecuada para esta temporada, me encanta ponérmela.
Las gotas corren por mis brazos y cara y parece que estoy llorando.
Abrigo mi cuerpo y resguardo mi piel. Cuando llueve me meto en algún
zaguán o debajo de los balcones. El mar reposa en este tiempo. Ya
la gente no va a la playa. El pelo se me cae como las hojas de los
árboles. Las aves emigran hacia otros sitios más adecuados para
ellas. Lo negativo de este período son las depresiones y la
melancolía. Algunas personas están separadas de sus familias y de
su ambiente familia. Me encanta el otoño para estar todos unidos al
calor de la estufa.
Casi al final
de diciembre nos dan unos días de vacaciones hasta el 8 de enero que
terminan. Se cantan villancicos todos juntitos en coro, aunque
alguno desafine es bonito dicho ambiente.
Otoños eres
para mi un regalo,
que yo recibo
con agrado y en mí corazón fluye armonía con alegría.
Otoño
alégrame, no me dejes sola con el invierno,
que estemos
juntos en estos días de amor y sosiego.
En este periodo
de tiempo he intentado escribir. Otoño da con el empuje que tu
tienes, no te vayas, cumple mis deseo.
Esther
“NOSTALGIA”
Me llegan vientos de África
rítmicas brisas acuáticas
el atlántico con la cadencia de los
trópicos
y el temperamento asirocado de lo
propio,
el océano
el olor a sal y algas
a mar vivificante.
Ya me llegan sus ondas explosivas
con su nervio revoltoso
espumeándome la isla
la distancia.
Ya me hablan lejanas las marinas
de que soy de otro modo,
que me erosiono por dentro
y se me abren
costas
con volcanes de nostalgias
que poseo ecos de timples y me arrastro
líquida hacia el agua
con una poderosa cola salvaje
que me tiembla en los tambores
con un instinto marino
y tiburón de olas
de playas con dunas
de arena rubia mojada
de alquitrán bajo los pies
de mar...mi mar
de mi Gran Canaria.
Sarajane
HACIA LA LUZ
La espera había sido
larga. Sin embargo, había valido la pena. Lo que habían esperado
con tanta ilusión, por fin se les aparecía. Primero se había
revelado como un pequeño resplandor muy tenue, como anunciando lo
que vendría después. Finalmente, el débil destello se había
transformado en un halo de luz radiante que invitaba a avanzar hacia
él. Eso es lo que habían hecho, sin temor. El halo de luz
iluminaba toda la etancia y nubes de polvo se colaban por los
resquicios de las puertas. Avanzamos en dirección a la luz con la
esperanza de que nuestros corazones se verían reconfortados. Sin
duda, había valido la pena la espera.
Elías
Suscribirse a:
Entradas (Atom)