miércoles, 29 de enero de 2014


EL OTOÑO

Período de tiempo comprendido entre finales de septiembre y finales de diciembre. Empieza el cambio de clima otoñal. Lo noto por el aire húmedo que entra por la ventana. Esta estación es cercana a las navidades. Para mí es alegría. Se caen las hojas y llueve. Voy por la calle pensando y admirando el paisaje. Tiempo de las castañas asadas en la calle de Triana y los mercadillos de Vegueta. 
La ropa de abrigo es la adecuada para esta temporada, me encanta ponérmela. Las gotas corren por mis brazos y cara y parece que estoy llorando. Abrigo mi cuerpo y resguardo mi piel. Cuando llueve me meto en algún zaguán o debajo de los balcones. El mar reposa en este tiempo. Ya la gente no va a la playa. El pelo se me cae como las hojas de los árboles. Las aves emigran hacia otros sitios más adecuados para ellas. Lo negativo de este período son las depresiones y la melancolía. Algunas personas están separadas de sus familias y de su ambiente familia. Me encanta el otoño para estar todos unidos al calor de la estufa.
Casi al final de diciembre nos dan unos días de vacaciones hasta el 8 de enero que terminan. Se cantan villancicos todos juntitos en coro, aunque alguno desafine es bonito dicho ambiente.
Otoños eres para mi un regalo,
que yo recibo con agrado y en mí corazón fluye armonía con alegría.
Otoño alégrame, no me dejes sola con el invierno,
que estemos juntos en estos días de amor y sosiego.
En este periodo de tiempo he intentado escribir. Otoño da con el empuje que tu tienes, no te vayas, cumple mis deseo.

Esther

“NOSTALGIA”

Me llegan vientos de África
rítmicas brisas acuáticas
el atlántico con la cadencia de los trópicos
y el temperamento asirocado de lo propio,
el océano
el olor a sal y algas
a mar vivificante.
Ya me llegan sus ondas explosivas
con su nervio revoltoso
espumeándome la isla
la distancia.
Ya me hablan lejanas las marinas
de que soy de otro modo,
que me erosiono por dentro
y se me abren costas
con volcanes de nostalgias
que poseo ecos de timples y me arrastro líquida hacia el agua
con una poderosa cola salvaje
que me tiembla en los tambores
con un instinto marino
y tiburón de olas
de playas con dunas
de arena rubia mojada
de alquitrán bajo los pies
de mar...mi mar
de mi Gran Canaria.

Sarajane

LA NIEVE


Como cada año
en la estación del invierno,
llegó el frío
y con él la esperada nieve.
La nieve,
de repente cae,
es invierno,
¡qué tristeza!
pues otro año pasa,
pero siempre con la esperanza de uno mejor.
Cae nieve cae.


Àngel

HACIA LA LUZ
 
La espera había sido larga. Sin embargo, había valido la pena. Lo que habían esperado con tanta ilusión, por fin se les aparecía. Primero se había revelado como un pequeño resplandor muy tenue, como anunciando lo que vendría después. Finalmente, el débil destello se había transformado en un halo de luz radiante que invitaba a avanzar hacia él. Eso es lo que habían hecho, sin temor. El halo de luz iluminaba toda la etancia y nubes de polvo se colaban por los resquicios de las puertas. Avanzamos en dirección a la luz con la esperanza de que nuestros corazones se verían reconfortados. Sin duda, había valido la pena la espera.

Elías

EL ESCRITOR

Bajo el sol de Madrid un escritor escribe sobre su infancia en el norte de la Península, se acuerda de que le gustaba caminar bajo la llovizna o descubrir nuevos campos para andar, también se acuerda de que llevaba siempre con él un lapiz para poder escribir en cualquier momento.
Rubén