LA CEGUERA
Amanece, y yo me hago consciente de la
emoción que supone compartir imágenes, ahora que mi mejor amigo
puede quedar en tinieblas; su mundo se limitara a percibir los
aromas, el tacto, los sonidos.
La música, su gran pasión adquirirá
una nueva dimensión, y sus amigos permaneceremos en su mente con
nuestro aspecto actual. Tendrá que aprender a conducirse por las
calles, a leer; descubrirá en nuestras voces otros matices,
adivinará la naturaleza de tantas frases relegadas en esta era de
los iconos; lo que sin embargo significara una profundización en el
lenguaje, en la vida misma de las ideas…
A pesar de esto, ninguno de nosotros
quiere perder esta facultad divina, a la que nos ha enfrentado en
este momento su situación. Intento en vano compartir los temores de
ese mundo inhóspito, donde sin duda encontrara nuevos horizontes, en
los que re-crearse en el fondo y de la forma más sutil e
inevitable...posible.
Sobre la propia
contradicción: Amanece.
Adriana Nazca
No hay comentarios:
Publicar un comentario